Errores comunes al instalar un latiguillo y cómo evitarlos

Instalar un latiguillo puede parecer cosa de cinco minutos… hasta que aparece la primera gotita traicionera bajo el fregadero, o ese hilillo de agua en la base del latiguillo del grifo. Sabemos que esta situación se puede convertir en un verdadero dolor de cabeza, motivo por el que queremos hablarte sobre los errores al instalar latiguillo que debes de evitar y cómo solucionarlos para que quede perfecto a la primera. 

Antes de empezar: ¿qué latiguillos usamos en casa y dónde?

El latiguillo es una manguera flexible que cuenta con conexiones roscadas en los extremos, la cual seguramente has visto en más de un lugar de tu casa. Por ejemplo, en el lavabo o en la cocina te encuentras con el latiguillo grifo, en los WC con el latiguillo cisternas, como conexión en la lavadora y el lavavajillas e incluso entre llaves de paso y pequeños equipos que utilizan agua.

En nuestra experiencia, la mayoría de los fallos ocurren cuando se realiza un montaje apresurado. Por ejemplo, hay muchas personas que, con el fin de ocultar el latiguillo, terminan forzando una curva detrás de los muebles, un error que terminará ocasionando que el latiguillo empiece a gotear. Por ello, se recomienda dejar un pequeño tramo recto antes de la primera curva. 

Los 10 errores más habituales al instalar latiguillos

Antes de empezar la lista sobre errores instalar latiguillo, queremos darte una advertencia útil: si vas con prisas, aprietas de más o te “inventas” el recorrido, te saldrá caro. La buena instalación se nota en los detalles: no torsionar, no estrangular, no tensar y probar. Dedica dos minutos a revisar el camino del latiguillo, protege donde roce y usa dos llaves en las conexiones.

1 Retorcer el latiguillo al apretar

 El error: apretar girando el propio latiguillo, deforma el refuerzo interno y acorta su vida.

 Cómo evitarlo: usa dos llaves (una sujeta el racor, otra aprieta), y no permitas que el flexible gire sobre sí mismo; si hace falta, recurre a un racor giratorio (técnica de dos llaves y riesgos de torsión).

En muchas ocasiones las personas aprietan sin utilizar una llave de sujeción “por ir rápido”, por lo que termina apareciendo una microfuga a los pocos días. Por este motivo se recomienda usar dos llaves.

2 Doblar por debajo del radio mínimo

 El error: forzar una curva muy cerrada estrangula el paso y genera fatiga.

 Cómo evitarlo: respeta el radio mínimo de curvatura; si el mueble estorba, cambia el recorrido o usa codos. (La curvatura insuficiente puede reducir drásticamente la vida útil; en fuentes industriales se menciona hasta 80% menos).

3 No dejar tramo recto antes de la primera curva

 El error: la curva empieza justo al salir del racor.

 Cómo evitarlo: deja un tramo recto equivalente a 1,5× el diámetro exterior antes de la primera curva. Esto evita pliegues y esfuerzos en la unión.

4 Elegir mala longitud (ni tenso ni “kilométrico”)

 El error: demasiado corto (tira del racor) o demasiado largo (se enreda y se pisa).

 Cómo evitarlo: calcula el recorrido y añade 5–10% de holgura; evita tensiones y panzas exageradas.

En algunos casos se puede ver como los latiguillos cortos “sudan” en la tuerca debido a la tensión constante. Pero con un poco de holgura el goteo terminará desapareciendo.

5 Conexiones mal apretadas (o apretadas “a matar”)

 El error: ni flojo ni bestia. Un apriete insuficiente gotea; uno excesivo puede dañar roscas y juntas.

 Cómo evitarlo: aprieta de forma progresiva y controlada; si el fabricante indica la fuerza de apriete, respétala. Las conexiones mal apretadas son una causa común de fugas y roturas.

6 Curvar donde no toca y sin protecciones

 El error: roce con aristas, vibración de electrodomésticos, paso por orificios sin pasamuros.

 Cómo evitarlo: evita el contacto abrasivo y añade fundas/pasamuros en zonas de roce; planifica puntos de fijación (en industria se recomiendan intervalos regulares y abrazaderas con goma). 

7 Instalar el latiguillo “a tirón” (tracción)

 El error: el latiguillo queda tirante; con la presión se acorta ligeramente y pierde seguridad.

 Cómo evitarlo: deja ligera comba para absorber movimientos y dilataciones; no uses el latiguillo como “tensores”.

8 No verificar compatibilidades (fluido, presión, ambiente)

 El error: materiales que no soportan el fluido o la presión; ambientes con calor/UV/químicos aceleran el envejecimiento.

Cómo evitarlo: elige latiguillos aptos para agua y para el entorno donde van a trabajar (cerca de hornos/lavavajillas, etc.). Revisa ficha técnica.

9 Saltarse la revisión visual periódica

 El error: “si no gotea, está bien” (y no).

 Cómo evitarlo: inspecciona grietas, abultamientos, reblandecimiento/endurecimiento y microfugas; programa sustituciones preventivas aunque no haya daños visibles. 

10 No hacer prueba de estanqueidad

 El error: abres la llave a tope y te olvidas.

 Cómo evitarlo: haz prueba gradual: abre la llave poco a poco, seca con papel, comprueba 3–5 minutos y vuelve a revisar a la hora. (Buenas prácticas de prueba tras instalación).

Guía para instalar un latiguillo correctamente

Ahora que ya conoces los errores más comunes al instalar un latiguillo, seguramente te estás preguntando cuáles son los pasos que debes de seguir para poder hacer una buena instalación. Te recomendamos seguir estos pasos al momento de hacer la instalación:

  1. Cierra la llave de paso y alivia la presión abriendo el grifo.
  2. Comprueba que la longitud llega sin tensar y que tendrás tramo recto antes de la primera curva.
  3. Enrosca a mano y sin cruzar la rosca. Si notas una resistencia rara, retrocede y vuelve a empezar.
  4. Ajusta con dos llaves: una sujeta el racor fijo; la otra aprieta la tuerca del latiguillo. Sin torsionar el flexible.
  5. Respeta el radio de curvatura y protege pasos por orificios con pasamuros/funda si hace falta.
  6. Prueba de estanqueidad: abre la llave progresivamente, seca uniones y revisa a los 3–5 minutos. Vuelve a mirar tras un rato.

Siempre recomendamos hacer una segunda revisión al cabo de un tiempo, ya que es la mejor forma de asegurarse de que la instalación se haya hecho bien.   Si quieres saber en detalle cómo llevar a cabo el proceso, te dejamos nuestra guía completa sobre cómo instalar un latiguillo, en la que aprenderás todo el proceso paso a paso.

Señales de alarma y mantenimiento preventivo

Detectar a tiempo microfugas, abultamientos o roces te ahorra reparaciones. No necesitas herramientas sofisticadas: luz, tacto y un papel de cocina funcionan mejor de lo que parece.

  • Fugas o “sudor” en la unión o a mitad de manguera: Aunque sea leve, no es normal.
  • Grietas, marcas o abultamientos en la cubierta: Señal de fatiga: cambia sin pensar.
  • Rigidez o reblandecimiento extraños: Si el latiguillo no “se siente” como antes, no te la juegues.
  • Roce visible contra aristas o piezas móviles: Recorre el camino con la mano y busca marcas.
  • Revisión tras mover un electrodoméstico o manipular el sifón: un simple toque puede cambiar su posición y dejar el latiguillo en tensión..

Como parte de un buen manteniemiento, recomendamos realizar una inspección visual cuando limpies la zona y una sustitución preventiva si hay síntomas o si el latiguillo tiene ya años en servicio en ambientes exigentes (calor, vibración, químicos de limpieza concentrados).

Realizar una buena instalación de latiguillos y evitar fugas realmente no va de fuerza, sino de técnica y detalle: no retorcer, respetar curvaturas, elegir longitud adecuada, proteger de roces y verificar. Al evitar estos errores al instalar latiguillo, tendrás una mejor idea de cómo realizar una buena instalación y dejarlo “para el olvido”, al menos por un tiempo. Recuerda que, si necesitas latiguillos de calidad, en Iterflex contamos con las mejores opciones disponibles en el mercado para que puedas realizar un montaje limpio y seguro.

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